Y si quieres soñar, Granada

(Vistas desde el Sacromonte en diciembre 08, Imagen de Alfonso Hernández)


Hoy recibí un correo de un amigo que me hizo recordar Granada y todo lo que viví allí, y la verdad que esta ciudad nunca decepciona y es una ciudad para vivir, no te cansas de los contrastes y de sus paísajes que son increibles en cualquier estación del año, la primavera tiene el tiempo agradable, el no achicharrarte, el poder ver la sierra aún con nieve y respirar el verde de los cármenes y las tardes eternas en plaza nueva, claro, el café Lisboa. Con el verano tienes las mejores noches que son demasiado cortas y no quieres que se acaben, el sonido del agua lo puedes escuchar en el silencio de alguna calle perdida en el Albaycin, sin ruido. El otoño los colores de la ciudad te descubren las montañas y los parques que parecen cobrar cierta fuerza y magia, el inicio de la universidad y el olor a libros nuevos que se confunden con el rápido noviembre que llega con los santos y las visitas al cementerio ¿empezó ya el curso?, nos refugiamos en la desolación del invierno que te trae el frío, la nostalgia, las puestas de sol con el chaquetón puesto y los colores naranjas que pasan a amarillos, a veces lluvia y mucho frío, al fin y al cabo el crepúsculo que te deja la noche para que te pierdas por alguna cafetería o una tetería de esas que solamente se ven por allí, a ellas no hay que ir solamente en domingo.
(Gracias Juan Luis por la inspiración)

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Qué bien descrito, Alfonso. Yo sólo he estado un par de veces en Granada, en invierno y en primavera, me enamoré de la ciudad, y te aseguro que sentí lo que tan bien describes.
Un saludo

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