Desde el centro de la tierra


(Foto: Alfonso Hernández Torres)


    Igual que el Aleph de Borges podemos contemplar desde nuestro rincón todo lo que ocurre en el mundo, desde aquí la vida pasa, los meses, los días, los segundos. De repente engordamos, nos va creciendo el pelo y parece que hemos envejecido lo que no ha sucedido en años. Cuatro meses en los que la vida se ha parado y nos ha tocado reflexionar mucho sobre todo lo que merece la pena. Pienso, que de toda la experiencia se aprende y en este momento, igual que el tiempo nos ha dejado un poco mas viejos, también nos ha dejado un poco más sabios. 
    En esa nueva normalidad apuesto por una vida más sencilla y un planeta más limpio. A partir de ahora, prefiero ir en bicicleta a mi trabajo, y encontrar caminos alternativos en los que encuentre árboles y naturaleza. La alimentación espero hacerla mucho más sana, ya que si cuido de mí, también podré cuidar de los demás. Tal vez, esta pandemia nos ha ayudado a parar un poco, a hacer aquella pausa necesaria en el camino, un paso hacia atrás para coger impulso y ser un poco más felices. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Totalmente de acuerdo. Qué pena que el mundo haya tenido que recibir un golpe así para que volvamos los ojos a lo importante: las personas, nosotros y todos aquellos que nos rodean en este planeta.

Entradas populares