Descubriendo a Carlos Drummond de Andrade

"¿Y ahora, José? La fiesta acabó, la luz se apagó, la gente se fue, la noche enfrió, ¿y ahora, José? ¿y ahora, tú? tú que eres sin nombre, que te burlas de otros, tú que escribes versos, que amas, protestas, ¿y ahora, José? Estás sin mujer, estás sin discurso, estás sin cariño, no puedes beber, no puedes fumar, escupir no puedes, la noche enfrió, el día no vino, no vino el tranvía, la risa no vino ni vino la utopía, y todo acabó y todo escapó, todo enmoheció, ¿y ahora, José? ¿Y ahora, José? Tu dulce palabra, tu instante de fiebre, tu gula y ayuno y tu biblioteca, tu mina de oro, tu terno de vidrio, tu incoherencia, tu odio - ¿y ahora? Tal vez si gritases, tal vez si gimieses, tal vez si tocases algún vals vienés, tal vez si durmieses o si te cansases o si te murieses...Pero no te mueres, Aguantas, José! Solo allá en lo oscuro como bestia agreste, ya sin teogonía, sin pared desnuda para recostarte, sin caballo negro que huya al galope, caminas, José! José, ¿para dónde?" ( Fragmento de José de Carlos Drummond de Andrade)

Tal vez nos quedamos en la eterna búsqueda, necesitamos caminar y buscar aquello que realmente nos hace felices, pero realmente ¿qué es la felicidad? todo es un cúmulo de sentimientos que a veces se nos escapan y que no podemos controlar, o tal vez nos pase como a José que nos quedemos sin saber dónde caminar porque siempre necesitamos una lucha, una meta y ¿qué ocurrirá cuándo nos quedemos sin islas dónde naufragar? como nos dice Sabina en Peces de Ciudad, pienso que lo mejor es dejar que las cosas sucedan y no vivir en la eterna búsqueda, sobre todo calmarnos y dejarnos llevar por las circunstancias. El secreto de la felicidad buscada se encuentra en nosotros mismos y en saber encontrar la paz, o al menos eso es lo que siento en este instante.

Ayer nos quedamos hasta muy tarde en casa de unos amigos, improvisamos una tertulia como las de antes, aquellas que se quedaron en los cafés de Coimbra o en algún rincón de Granada.