Berlín




Al levantar mis ojos me encontré de repente con la puerta de Brandemburgo, comencé a buscar las fronteras entre aquellas dos ciudades, Berlín del este y Berlín del oeste, acababa de salir del museo Guggemheim donde trabajaba una amiga y me había dado la información necesaria para no perderme y no perderme nada de la ciudad. En aquel momento el invierno se había apoderado de sus columnas y un centenar de turistas se agolpaban alrededor, pasé por detrás para ver si encontraba el mítico muro, me encontré con algunos restos que han quedado como una leyenda urbana, aquello que fue tan importante para la historia y que en el ochenta y nueve todas las revistas ofrecían como regalo, un trozo de aquel muro que había separado durante décadas a un mismo pueblo.

Lo que más me sorprendió de Berlín fue la paz, la tranquilidad, las bandadas de pájaros en el cielo, la antigua casa ocupa que ahora es el centro de arte Taredes, allí ví la mitad de Shortbus de Jean Mitchel Cameron y me sorprendió, la otra mitad de la película la he visto en otras ocasiones. Me perdí un poco por las calles de aquel barrio que tenía la esencia de la navidad europea y del frío, hice tiempo para cenar en un indio con Daniel y Aza, que me cuidaron mejor que nadie con sus palabras, sus desayunos y los misterios de aquella panera que nos hacía pan de todos los sabores.

El punto de referencia fue siempre Fiedrichstrase y de allí comenzabas cada día un viaje que te llevaba por debajo de los tilos, al fin pude descubrir que los museos podían ser una ciudad y que Alexanderplazt tenía la libertad de mezclar todos los estilos, las tuberías eran de colores y Postdarmerplazt te dejaba atónito con su arquitectura futurista y mucho más cine.

Los fuegos artificiales anunciaron el nuevo año en un ambiente entrañable y diferente, las uvas nos las tomamos por intuición, un poco desacompasadas, nos quedamos hablando mucho tiempo, las siempre sobremesas eternas.

(Gracias a Daniel y Aza)

Comentarios

nechite ha dicho que…
Hola, con esto de tus ciudades caleidoscópicas, me están entrando unas ganas de cogerme unas vacaciones indefinidas y no parar de viajar!!
Un saludo.
Tanhäuser ha dicho que…
Estuve en Berlín en el año 96. No hacía demasiado que había caído el muro y todavía se notaba el procesoo de reunificación.
Me encantó esa ciudad.

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