Bailén
Los recuerdos siempre quedan en el fondo de los pensamientos, tenemos que saber capturarlos, tan solo tenemos que saber pensar y dejar que nuestra imaginación haga el resto. Nuestra mente recoge una cantidad de información infinita y la va guardando, poco a poco, pero os puedo asegurar que aquellos recuerdos no desaparecen, simplemente quedan ocultos detrás de millones de instantes vividos. La infancia nos queda así, oculta en el espacio más lejano, como si de repente perteneciera a otra galaxia y la distancia del tiempo la aleja, suavemente, y se desvanece en el fondo de la nada, en lo desconocido. Cuando un día caminamos por lugares a los que nunca hemos ido, y decimos que parece que hemos estado alguna vez, podemos pensar que hemos vivido otras vidas o que en realidad nos resulta familiar, normalmente pertenece al universo de aquellos recuerdos, que una vez pertenecieron a nosotros y que de vez en cuando aparecen como estrellas fugaces en aquel universo del que hablábamos antes. Hoy...