La Fantasía


Podemos quedarnos con la mente en blanco y pensar en el infinito, caminar y caminar, perdernos en nuestros propios pensamientos e imaginar, o también, vivir otras realidades.

Así nos quedamos siempre que queremos desconectar del mundo en el que vivimos, es una cuestión de ejercicio mental. Hace años me hablaron que el ser humano solamente desarrolla un diez por ciento de su mente y cuando de repente descubrimos una sensación nueva o un nuevo estímulo, nos sorprendemos y nos decimos a nosotros mismos que aquello no puede ser cierto. Precisamente la sensación de la que hablo de poder desconectar del mundo en el que vivimos, de tener un autocontrol suficiente para vivir otras realidades es un ejercicio que conseguimos cuando abrimos nuestra mente y rozamos aquellos espacios que descubríamos cuando éramos niños. La fantasía está muy cerca de aquellos umbrales a los que llegamos cuando desconectamos de la realidad y bloqueamos todo aquello que no nos hace bien, un aprendizaje que tenemos todos y solamente tenemos que recordar.

La creación de mundos fantásticos es precisamente todo aquello que imaginamos y cómo pensamos que es algo cuando no tenemos toda la información, interpretación de todo aquello que nos rodea, un mundo sin límites y reglas, en la fantasía se puede incluso volar, el principal de nuestros sueños como seres humanos. Cuando somos niños somos capaces de crear otras realidades, vivirlas y sonreír porque somos felices imaginando, tal vez, en estas palabras tengamos la respuesta para poder vivir otra realidad como adultos, solamente tenemos que utilizar nuestra mente para imaginar.

Una obra de teatro, “El niño y la luna” me ha llevado a reflexionar que muchas veces perdemos la facultad de imaginar cuando somos adultos, demasiado raciocinio para un mundo que se puede interpretar de muchas formas, me quedo así con la lucha romántica del sueño y la razón, dejando paso al primero frente al segundo, ya que con la razón nos limitamos demasiado.

Comentarios

Entradas populares